Buscar este blog

viernes, 22 de octubre de 2021

80-16.- PIPIRRANAS BLUES BAND.-


Paco Luis Martos, quien fuera bajista del gran grupo de blues Guadalupe Plata, con el que conoció el gran éxito internacional en la pasada década, empezó como joven guitarrista dando tumbos de grupo en grupo. En este blog lo hemos nombrado ya por su paso por Mardita Passió y Cita en Negro, pero él recuerda alguno más. Su carácter introvertido y retraído y su afición por el blues casaba mal con los estilos y el ambiente de la época, cuando gustaban los músicos exhibicionistas y a la última moda. A él siempre le gustaba tocar un poco escondido, un caso parecido a otro gran guitarrista de blues Mick Taylor en The Rolling Stones, salvando las distancias.

Por eso, allá por 1989, se hizo asiduo de la meca del blues jienense, el bar El Manzanillo de Torreperogil, donde conoció a Fran Peláez (El Maestro), gran erudito del estilo y responsable de todos los magníficos festivales de blues internacional de la ciudad vecina. Fran organizaba jam sessions en El Manzanillo y acabó apadrinando un grupo con los músicos aficionados al blues que pasaban por allí.

Fran le puso al grupo el nombre de PIPIRRANAS BLUES BAND para homenajear a la más típica ensaladilla de la provincia, alejándose de los nombres “modernos” y encontrando algo que sonara auténtico y que recordaba a aquellos de finales de los 70 como Desde Santurce a Bilbao blues band, el grupo de Moncho Alpuente, o La Bulla blues band de Granada. Con el paso del tiempo acabaron conociéndose popularmente como Los Pipirranas, una simplificación usual en aquel ambiente.

Los miembros del grupo fueron Paco Luis como guitarrista y líder, como corresponde a los grupos del blues-rock; a la guitarra rítmica y cantante Pedro Pipirrana, un chaval de Canena que llevaba barba; al bajo Tilo Pipirrana, un alemán que estaba haciendo un curso de cerámica en la alfarería Tito; y a la batería Carlos Pipirrana, del mismo Torreperogil. Como se ve, adoptaron el sistema de coger de apellido el nombre del grupo como Los Ramones.

Además de en el nombre, Fran les orientó en el repertorio de blues clásico, del que era un experto. También les buscó el local de ensayo, ya que él, como gestor colaborador del ayuntamiento, gestionaba una finca donde ensayaban todos los grupos de Torreperogil y algunos de Úbeda. Se trataba de la casa que fuera el famoso antiguo burdel La Faraona de la recta de Latorre. Allí se encontraron además de Los Pipirranas, La Mala vida, Los Residuos y Hormigones.

Además de los blues clásicos del repertorio de John Mayall, incorporaron “Hey Joe” de Jimi Hendrix, algún rock and roll de Credence Crearwater Revival y, como tema estrella, hacían una versión de “Black magic woman”, que cantaba Tilo, más basada en la original de Peter Green con los primeros Fleetwood Mac que en la más famosa de Santana. También hacían ejercicios de blues con letras de Fran, incluso en inglés inventado. Con este repertorio empezaron a actuar principalmente en El Manzanillo de Torreperogil y a girar por los alrededores de la Loma, Úbeda, Baeza, Rus, Canena o Villanueva del Arzobispo.

Fue una época de auténticas locuras. En una discoteca de Canena ajustaron el caché a un porcentaje de la entrada y cuando fueron a cobrar les dijeron que debían más en bebida que lo que les correspondía cobrar.

Tenían un seguidor de Torreperogil, al que llamaban Sargento Pimienta, con algo de déficit intelectual, que se subía con ellos al escenario a bailar y hacer el payaso. Acabaron integrándolo al espectáculo vestido con la bandera británica o algún otro disfraz, algo así como Popoxto de La Orquesta Mondragón. Un día entró a disfrazarse al almacén de un local y, como no salía, entraron a buscarlo y lo encontraron inconsciente porque se había bebido media caja de botellines de cerveza.

El grupo estuvo así girando hasta 1990 en que Paco Luis se fue a estudiar Bellas Artes a Granada y se disolvieron.

Cuando Paco Luis volvió a Úbeda en 1995 después de terminar la carrera se volvió a juntar con Pedro, el de Canena y retomaron el grupo, pero desvinculándolo de Torreperogil y de la tutoría de Fran. Incorporaron a gente de Úbeda: Diego Cabrera, hermano de Agustín Cabrera, para el bajo; y Jorge López, hijo del mítico Paco López de los Blue Star, para la batería. También incluyeron una sección de metal con: Paco Sánchez, de Baeza, al saxo barítono; Luis Soriano, de Úbeda, al saxo tenor; Lookilou, de Canena, al saxo alto y José, baezano y solista de la banda sinfónica de Baeza, a la trompeta, aunque solo estuvo con ellos hasta el año 1996.

PACO LUIS, JORGE, PEDRO y DIEGO 


PACO LUIS, PEDRO y DIEGO

Encontraron un local de ensayo en un local del ayuntamiento de Canena situado en la escuela.

El hecho de contar un grupo tan extenso con su sección de metal hizo que el repertorio de blues se les quedara pequeño y lo ampliaron incorporando clásicos del soul como: “Sentado en el muelle de la bahía” y “Duro de pelar” de Otis Redding y temas de Wilson Pickett, Aretha Franklin y Marvin Gaye. También hicieron, adaptándolas a su estilo, algunas canciones country y de rock sureño americano, siempre sin abandonar las raíces del blues. Uno de sus éxitos fue “The Joker” de Steve Miller Band que ellos hacían con un ritmo un poco reggae.

Sección de metal: Lookilou, Luis, Paco y José



Como buen grupo de soul, en esta nueva etapa adoptaron los preceptivos uniformes de camisa blanca, chaqueta y corbata negras. Se hicieron asiduos del bar musical Siglo XV, que ejercía de club de jazz, donde tocaban frecuentemente. Y encontraron recintos más grandes donde actuar como la Escuela de Artes de Úbeda (Casa de las Torres), en el Hospital de Santiago en un festival benéfico contra el SIDA, en el Teatro Ideal Cinema para un homenaje aniversario del conjunto Blue Star, alguna boda e incluso la fiesta de la Cooperativa La Carrera de Úbeda. De este concierto recuerdan la anécdota de que a la tercera canción un directivo de la cooperativa quería pagarles para que dejaran de tocar y se fueran.

Ampliaron la zona de conciertos al resto de la provincia y pueblos de las sierras como Albanchez y Cazorla.

Y así estuvieron hasta que en 2002, como pasa siempre en los grupos de músicos aficionados, los compromisos profesionales y familiares hacen incompatible la vida de estos proyectos.

Escrito por: Cecilio Aguilera Nieto.

Enlace a Youtube de concierto de PIPIRRANAS BLUES BAND





domingo, 17 de octubre de 2021

80-15.- LOS RESIDUOS.-

En Úbeda también hubo punk, algo tardío porque fue a mediados de la década de los 80, por lo que mas que punk clásico les influenció el llamado after punk u “onda siniestra”, con referencias como Joy Division, los primeros The Cure y los españoles Parálisis Permanente y Derribos Arias.

Además en la provincia de Jaén este estilo tuvo una especificidad en cuanto a los nombres de los grupos, incidiendo en la crítica a la Iglesia. Nos encontramos con los Preceptos Devotos y Sacrilegios Episcopales de Linares, ambos grupos excomulgados por el obispado.

En 1985 unos adolescentes de 14 años de los colegios de los Salesianos y de la SAFA fascinados por este ambiente formaron su grupo. Miguel Ángel Ruiz (el Marchas) (hermano pequeño de Joe, de Mardita Pasió) a la voz y teclados, Quique Bravo a la guitarra, Pedro Palomares (el Patata) al bajo y Leopoldo Morales (Leo Drumer) a la batería. Ellos ya llevaban desde los 12 años jugando a crear y corear sus canciones por los parques de Úbeda con guitarras españolas y una batería de botes de detergente, delante de su pandilla de amigos y aprendiendo a tocar sus instrumentos.

Se pusieron de nombre RESIDUOS EPISCOPALES, que encajaba perfectamente con la movida provincial. Aparte de los anteriormente nombrados, sus referencias eran TNT, Desechables, La Polla Record, o sea, todo el punk nacional. También tuvieron influencia de grupos sin disco (maqueteros) cuyas maquetas sonaban en Radio Kolikos o en Radio 3 como Los Niñatos y Vicios Modernos de Linares.

Los impulsores del proyecto fueron principalmente Miguel Angel y Leo, ya que sus hermanos mayores ya tenían grupos y estaban en Radio Kolikos. Sus primeras canciones eran muy siniestras y oscuras, con las letras relacionadas con la represión de sus colegios religiosos. Como no disponían de instrumentos, acudían al local de ensayo de Cita en Negro y esperaban a que terminaran para coger los instrumentos y desarrollar sus canciones. Toda una paradoja que el grupo más pijo-pop de Úbeda apoyara a los más maca-punkis.


Primera formación

Su primer concierto fue en el Colegio de los Salesianos donde interpretaron una de sus primeras canciones llamada “Asesinato”, donde se narraba el ahorcamiento de un cura. Fueron denunciados por un profesor y el obispado les mandó una carta a los padres para que hicieran un acto de conciliación y disculpa, se montó un gran lío y al final solo fueron expulsados una semana del colegio.

Tocaron en fiestas de los colegios, en los bares musicales de la época (el Yuyu y el Dime) y en fiestas de los barrios como la Barriada del Sol, en Canena, Rus, Linares y en todos los eventos de la provincia donde los movía su manager Ernesto García de Miguel.

Instituto de Úbeda, Fiesta de Primavera, 1985


Concierto en el Yuyu

Concierto en Rus

Cuando Nono Sánchez y Joe Ruiz fundan Mardita Pasió en 1985 necesitan un batería y le piden a Leo que toque con ellos, A cambio, como los Residuos seguían sin local y sin instrumentos les pidieron que les dejaran ensayar después de sus sesiones. En ese momento los Mardita ensayaban en la casa de Justo Doña. Leo estuvo compaginando los dos grupos hasta que los compromisos de los Residuos se intensificaron y fue sustituido por Felix Marín.

Para 1989 ya tenían local de ensayo propio, un almacén alquilado. El Patata, abandona el grupo, presionado por sus padres para que se centre en los estudios, Miguel Ángel pasó al bajo y entró a la voz Juan María Pérez, todo un carácter, el primer cabeza rapada con cresta de Úbeda. Como el ambiente musical iba cambiando con los grupos guitarreros americanos, fueron dejando la onda siniestra y se hicieron más roqueros, hicieron un punk más clásico con influencias ska y le quitaron el apellido al grupo. Pasaron a ser LOS RESIDUOS.


Con Pérez de cantante
 
Ganaron el primer festival Jauja de Torreperogil de 1989, un festival que admitía maquetas de toda Andalucía para su inscripción aunque casi todos los participantes eran de la provincia de Jaén. Nunca se interesaron por el concurso de la capital El Lagarto, se consideraban demasiado alternativos para un certamen tan popero.

En la primera edición de la Noche de Rock de Úbeda, presentada por Pepe Yerpes, fueron detenidos por la policía local al bajar del escenario, por culpa de una canción con letra de Juan María llamada “Me cago en las fuerzas del orden público” donde se denunciaba represión y maltrato policial; algo típico del rock radical vasco, a lo que en Úbeda no estaban acostumbrados. Una vez retenidos, sus seguidores rodearon el furgón policial y amenazaron con provocar un tumulto. Gracias a la mediación de Diego García, concejal de Izquierda Unida, que habló con la policía, decidieron soltarlos. Los Residuos comparten con Miguel Ríos el honor de ser detenidos tras un concierto, que también salió esposado de un camerino en Úbeda en la feria de 1975.

En las sucesivas ediciones de este evento, aunque no eran del todo competitivas, se elegían a los grupos locales para la feria, por lo que Los Residuos compartieron el honor con las dos bandas locales punteras, Trama de Contacto y Mardita Passió.


Miguel Angel y Leo

Miguel Ángel (El Marchas) abandona la formación conminado por su hermano Joe (de Mardita) por culpa de un altercado violento después de un concierto de Mardita en Baeza, donde los baezanos empezaron a meterse con los ubeteneses, eterna rivalidad ancestral, y nuestros protagonistas se implicaron ferozmente. Joe le dijo a su hermano: “con esos macarras solo puedes tener líos”. Para sustituirlo en el bajo entró Carlos Mejías (El Mejo) y Miguel Ángel acabó incorporado al grupo Hormigones.

Leo siguió en su pluriempleo como batería compaginando Residuos con otros grupos como MDA y Diskordia. Hacían muchos directos por la zona y tenían nuevos referentes en el punk suicida de Eskorbuto o Cicatriz. Les tanteó para grabar un single la sucursal granadina de la discográfica vasca Discos Suicidas, pero no prosperó porque en aquel momento se encontraban en un momento de desidia.

En 1990 mudaron el local de ensayo al antiguo puticlub La Faraona de la recta de Torreperogil, donde ensayaba La Mala Vida, grupo de Agustín Cabrera. Agustín llamó a Leo para que tocara con ellos por el abandono de su batería, Estaban (el Pulpi) y donde iba Leo, iba todo el grupo detrás.

Estuvieron a punto de telonear a Los Ramones en un concierto en Úbeda; nuestra ciudad hace tiempo que está en primera línea de grandes conciertos internacionales. Llegaron a firmar el contrato y fueron aceptados por la oficina del grupo americano, pero la mala suerte hizo que Los Ramones suspendieran la gira europea por otra en Japón que les salía más ventajosa.

El grupo tiene un final trágico. Juan María Pérez murió en la Nochebuena de 1993 en un fatal accidente de moto en el camino del cementerio, después de una fiesta en el local de ensayo. A raíz de la muerte de Juan María quedaron desmoralizados, sin cantante y se disolvieron.

Se volvieron a juntar en 1995 con el nombre de PREDESTINADOS. Volvió Miguel Ángel para el bajo, Leo a la voz, Quique a la guitarra y para la batería llamaron a Javier Latorre (El Personaje), el que fuera batería de Testamento de Transición, Autóctonos y en ese momento militaba en Hormigones. Dieron un solo concierto en el pub Dime con cartel de Justo Doña y sirvió de homenaje para su llorado cantante.

Enlace a YouTube de actuación de PREDESTINADOS.


Escrito por: Cecilio Aguilera.